Un gran cl???sico ingl???s, canto a la vida sencilla de un jardinero inolvidable. Una novela que estimula los sentidos, atempera el esp???ritu y apacigua el coraz???n maltrecho. Si un libro es como un jard???n que se lleva en el bolsillo, ???ste hace realidad como ning???n otro ese proverbio ???rabe, pues recrea la historia de uno armonioso y encantador, un verdadero vergel: narcisos, orqu???deas, y dalias brotan de sus p???ginas, cultivadas con mano maestra por el inefable Herbert Pinnegar, responsable del jard???n de la ...
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Un gran cl???sico ingl???s, canto a la vida sencilla de un jardinero inolvidable. Una novela que estimula los sentidos, atempera el esp???ritu y apacigua el coraz???n maltrecho. Si un libro es como un jard???n que se lleva en el bolsillo, ???ste hace realidad como ning???n otro ese proverbio ???rabe, pues recrea la historia de uno armonioso y encantador, un verdadero vergel: narcisos, orqu???deas, y dalias brotan de sus p???ginas, cultivadas con mano maestra por el inefable Herbert Pinnegar, responsable del jard???n de la mansi???n de los Charteris. Con Pinnegar aprendemos que la paciencia, la tenacidad y la gratitud son virtudes necesarias para quien est??? expuesto al rigor de las estaciones y a los esplendores fugaces, ???acaso no querr???amos un mundo en el que todos llev???ramos un jardinero dentro? Publicado en 1950 la idea del jard???n supondr??? el contrapunto en una sociedad que acaba de superar una guerra: un lugar de ensue???o, una met???fora de la buena vida y una promesa de felicidad. A great English classic, this is a song to the simple life of an unforgettable gardener: a novel that stimulates the senses, tempers the spirit, and soothes the battered heart. If, as the Arabic proverb says, a book is like a garden that is carried in your pocket, then this book makes the saying a reality. The story it tells is the harmonious and charming one of a true orchard: daffodils, orchids, and dahlias sprout from its pages, cultivated masterfully by the ineffable Herbert Pinnegar, responsible for the garden of the Charteris mansion. With Pinnegar we learn that patience, tenacity, and gratitude are necessary virtues for those who are exposed to the rigors of the seasons and fleeting splendors. Don't we want a world in which we all have a gardener inside? Published in 1950, the idea of the garden was embraced in a society that has just overcome a war: a dream place, a metaphor for the good life, and a promise of happiness.
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