Si la muerte constituye uno de los misterios no resueltos por el hombre, la muerte que un hombre provoca a otro, tiene sobre todos nosotros una atracci???n que solo es capaz de producir la fascinaci???n por el v???rtigo de ser conscientes de que el Mal existe y anida en el alma humana. Toda construcci???n moral, todo avance en nuestra Cultura y Civilizaci???n, queda en cuesti???n ante el criminal que es capaz de arrebatar la vida de un semejante. Y, puestos a privar de la vida a otro, existen muchas maneras de hacerlo, ...
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Si la muerte constituye uno de los misterios no resueltos por el hombre, la muerte que un hombre provoca a otro, tiene sobre todos nosotros una atracci???n que solo es capaz de producir la fascinaci???n por el v???rtigo de ser conscientes de que el Mal existe y anida en el alma humana. Toda construcci???n moral, todo avance en nuestra Cultura y Civilizaci???n, queda en cuesti???n ante el criminal que es capaz de arrebatar la vida de un semejante. Y, puestos a privar de la vida a otro, existen muchas maneras de hacerlo, siendo las que m???s nos sorprenden, aquellas en las que se utiliza fuerza extrema, ensa???amiento, enga???o o abuso de la v???ctima, y el grado de crueldad en la ejecuci???n de crimen es tambi???n relevante en este sentido. Otro aspecto que nos llama la atenci???n en este orden de cosas, es la personalidad del asesino. No es lo mismo el que mata una vez, que el que mata muchas; y el que mata por inter???s, codicia o venganza, no es igual al que que lo hace por placer. Y, por ???ltimo, entre los que matan m???s de una vez, tampoco es lo mismo el que mata muchas veces de forma espont???nea, sin regularidad en su acci???n, que el que mata siguiendo una pauta regular haciendo de la muerte un h???bito, incluso una forma de vida. Como tampoco es lo mismo, el que desarrolla ciclos de muerte, el asesino en serie, que el asesino compulsivo que mata descontroladamente a una pluralidad de personas. En todos los casos, cuando conocemos los hechos y analizamos las circunstancias en las que se han producido, nos queda siempre la idea de creer que comprendemos lo ocurrido. Aunque, al final, siempre se impone el hecho de que s???lo tenemos el sabor amargo de no acabar nunca de entender por qu??? alguien, es capaz de matar a un semejante. Lo ???nico cierto es que los psic???patas criminales, son mentirosos y manipuladores que se apoyan en los m???s d???biles, haci???ndoles creer que es la sociedad la que est??? en contra de ellos y, aunque entre los psic???patas los criminales son una exigua minor???a, la mayor???a de los afectados por el trastorno antisocial de la personalidad, act???an exactamente igual, aunque nunca lleguen a delinquir. Aparentan ser buenas personas, pero no sienten emociones y tienen una personalidad carente de conciencia, y no existe un tratamiento para paliar su trastorno antisocial de la personalidad. Y es que no debemos olvidar, que el monstruo duerme en el interior de cada uno de nosotros o espera agazapado en nuestro entorno m???s cercano. No lo despierten.
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